Los Miserables, la historia jamás contada ... Introducción y Parte 1

“¡Es muy fácil ser bravo cuando no se tiene nada que perder. 

Ustedes ni nombre tienen: Mazacote,  Azteca, Gato, Estilos…!”

Enrique Álvarez Félix (Los Caifanes, 1967)



La ultima ronda de cervezas se han terminado, lo mismo que la triste botana. Al frente esta pintada una modesta decoración que podría evocar la obra paisajista de Tamayo o Nishizawa, tal vez de Jorge Aviña con su Libro Vaquero, y en el piso, como cualquier establo de animales, esta cubierto de paja y otros decorados arquetípicos del norte de México. Instrumentos musicales al fondo del lugar dan fe de que hay música en vivo pero ni una sola nota se ha dejado escuchar toda la noche, apenas persiste en las bocinas un cd con temas remezclados de los Tigres del Norte, Chalino Sánchez y el Gallo de Oro. 

Los músicos finalmente arriban, sin embargo no pueden ocultar su desmedida hueva al echar un vistazo al publico comprobando que será otra noche soportando la indiferencia de un montón de borrachos, por lo que se hacen weyes postergando su actuación. Es entonces que ante tal desesperación, de nuestra mesa moribunda surge el grito insignia que iniciaría la leyenda:


“¡Toquen ya norteños putos!”

(Nessi, 1999)


¿Pero como inició toda esta historia?…



Parte 1. El Caballo Negro


De como se conocieron los Miserables hay múltiples fuentes y versiones. Algunos suponen que fue en el verano del 96, en la fila de los extraordinarios; otros que fue en el pasillo afuera de la clase del mañoso profesor de Lectura; alguien más dirá que jugando Samurai Shadow al otro lado de la Av. Aquiles Serdán; pero otros tal vez digan que la verdadera esencia surgió en la cancha de futbol al lado del metro Rosario, en aquel entonces los llamaban el Caballo Negro, ya que nadie apostaba nada por ellos, ni rivales ni profesores, y no obstante, siempre terminaban llevándose el triunfo.

De aquellos primigenios tiempos resonaron los nombres del buen  George, del habilidoso Anguiano, de las memorables apariciones de los desgarbados chicos MTV: Beavis and Butthead; y por supuesto del metalero favorito del grupo: el honorable Compa que muchos reconocerán por la gorra, la mata, y por ser el creador del primer éxito de la banda que se tenga memoria, lo que podría ser una suerte de demo y single debut, un poderoso tema de Glam Metal titulado:


“¡Pinches amigos culeros!”

(Compa, 1996)


Para ese entonces la alineación definitiva se iba consolidando,  y la capacidad creativa de los muchachos estaba mas floreciente que nunca apareciendo nuevos singles de power ballads que daban fe de una hormonal época de búsqueda del amor con temas titulados:


“Mira, te dibuje un Cocú”

(Ivanzama, 1996)


“Serenata a la hija de la maestra”

(Botes, 1996)


“Edith, mi amor”

(Padrino, 1996)


“Secreto en las aulas, 

(me faje a la chica que le gustaba a mi amigo)”

(Nessi, 1996)


Y aunque para entonces cada uno de los integrantes tenían su dote de fans y detractores, quien siempre tuvo el máximo aprecio de la fanaticada, no sólo por ser un crack de las canchas, el ajedrez y el SKA, era el honorable Morta, mejor conocido como el barbas de Chivo, todo un caballero con las muchachas, de donde surgiría mas adelante un tema homenaje titulado:


“Todas siempre quisimos con Horacio”

(Las Fans, 2002)


De la época del Caballo Negro hay un sin fin de memorables eventos, destacándose las funciones en el departamento del Compa en la Guerrero, con un estruendoso tema punk titulado:

“Ya deja ese cuchillo compadre”

(Botes, 1998)


O en el Parque Tezozomoc, con uno de los primeros temas contestatarios al sistema policial: 


“Usted no tiene derecho a revisar mi mochila”

(Botes, 1998)



O incluso sobre el mismísimo camión de la ruta Rosario- Villa de las Flores con los temas:




“Recuerdos de amor y muerte del Gran Vía”

(Padrino, 1998)


“Ya me dormí tres veces y nomas no llego”

(Ivanzama, 1998)

Y entre todo esto, también estaba un apócrifo tema que supuestamente nunca existió, y a la fecha se ha negado su letra y composición:


“Me patearon mi portafolio de las chivas”

(Padrino, 1997)



Sin embargo el momento cumbre de esta época, tendría su pico máximo en una memorable aparición en los estudios de Televisa, primero grabando las risas del hilarante programa “La Tía de las Muchachas” de Lucila Mariscal, y momentos mas tarde en el histórico programa el Calabozo con el invitado Ernesto Godoy, tras la farsa de que estaría Lorena Herrera, chica a la que la banda ya le había dedicado algunos temas.

Aquella presentación iniciaría con un tranquilo tema folk bajo el calor del sol y el oscuro smog titulado:


“Los largos caminos del Periférico”

(Ivanzama 1998)


Ya en los estudios de grabación de la tía de las Muchachas el Padrino haría dotes de histriónicas carcajadas con el tema titulado:


“Pinche programa culero y sin chiste”

(Padrino, 1998)


En el programa del Calabozo, Beavis dejaría huella con un divertido tema pop titulado:


“¡El hijo de André Marin!”

(Beavis, 1998)


Y por ultimo, de una de las primeras composiciones que realizaron en conjunto con una base del tema Ingrata de Café Tacuba, surgiría el tema titulado:


“Si no vine a aventarme a la bolita ¿entonces para que?”

(Caballo negro, 1998)


(Este material llamado, Caballo Negro en el Calabozo, esta documentado en las entrañas de un viejo VHS en poder de Ivanzama. Solo el tiempo dirá si salga a la luz.)

Con esta épica aparición televisiva se daría finalizada la fase del Caballo Negro, ya que en las semanas subsecuentes de elección de carrera, cada uno de los integrantes tendrían un camino en solitario, a veces por la facultad de odontología, a veces por la fes Acatlan, o la mismísima UAM Azcapotzalco, dando paso a la siguiente época de Greates Hits compilados en la serie: Bohemia y Locura En La casa de la Chio.

Pero eso ya vendrá en la siguiente parte de este increíble homenaje documental. No te lo pierdas.

Iván S.C.

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